¡Feliz incertidumbre emocional 2025!

Publicado el 6 de enero de 2025, 17:17

La consciencia emocional se traduce en congruencia emocional. Los arrebatos y reacciones descontroladas, desaparecen. ¿Qué tan común es tu congruencia emocional?

Hace alrededor de ocho años, estando en un proceso de acompañamiento gerencial en una empresa transnacional en el área del bajío, el director de la planta (de cadena automotriz) me hizo pasar a su oficina en lo que me atendía.


Mientras esperaba, observe el diagrama de productividad de la planta durante ese semestre, de manera constante la gráfica marcaba una ligera tendencia al alza, a excepción de un par de semanas, alrededor de dos meses atrás, en las que la gráfica mostraba una baja, si bien no alarmante, si notoria durante un par de semanas, en las que había un pronunciado “valle” tras el cuál, la gráfica ascendente se “aplanaba”, y perdía bastante de su tendencia a subir, seguía subiendo, pero a un ritmo menor, cosa que había terminado por afectar de manera seria y considerable, los objetivos del periodo, y probablemente del año.
A su llegada a la sesión de acompañamiento (coaching, si el término te es más familiar) él empezó hablando sobre aspectos muy enfocados al desempeño de la producción en la planta, aspectos de manejo de personal, clima laboral que, al ser una empresa con personal multicultural, solía ser complicado, etc. sin embargo, y como suele suceder con el enfoque de gestión neuroemocional que manejo, tras un rato, la charla terminó migrando a ámbitos mas personales, momento en el que me empezó a comentar sobre algunos eventos de su vida personal.


La charla nos llevo a que compartiera una situación de emergencia médica, en la que, junto a su esposa, habían perdido un bebé. Sobra decir que independientemente de la edad o la “experiencia laboral” de los implicados, un evento así suele traer un alto nivel de estrés, por medio de un duelo profundo.

Mientras escuchaba toda la historia sobre las dificultades que como pareja había enfrentado mi cliente, y que lo habían llevado a no presentarse a laborar por algunos días, no pude dejar de notar que las fechas de aquel evento personal en la vida del gerente de la planta, coincidían exacta y precisamente con aquél “valle” en la gráfica. Parecía broma, y sin embargo, ahí estaba, el declive iniciaba justo el día en que los malestares de la esposa se habían manifestado, y llegaba al punto más bajo en el día que la pareja había perdido a su bebé; se mantenía durante el par de noches que la mujer había permanecido hospitalizada y comenzaba a recuperarse tras la dada de alta y el regreso a casa de ella, para finalmente recuperar el punto anterior a la “caída” en ese “valle”, el día que mi cliente regreso a tiempo completo a su puesto, y sin embargo, la línea ascendente había perdido algo de su “brío” anterior.

 

Habiendo notado yo, esa situación, terminé por hacerle notar también a mi cliente aquella “coincidencia”. Está por demás hablar del gesto de asombro y perplejidad en su cara, lo curioso fue que, a final de cuentas, para aquella mente de ingeniero, estructurada, ordenada y acostumbrado a procesos de “acción y reacción”, algo que no fuera evidentemente atribuible a un hecho directo en la misma planta y sus líneas de producción, era inconcebible. No había ninguna explicación real para aquella baja y posterior disminución en la eficiencia de la producción, pero la simple idea y posibilidad de que su experiencia personal, hubiese tenido cualquier impacto en la productividad de la planta, escapaba a su lógica.

Después tuve oportunidad de compartir esta historia con alguien que en aquel momento era cercano a mí, y tenía una historia interesante a niveles de desempeño gerencial, para corroborar la reacción. Esta persona, también con una preparación de ingeniería, que había pasado los anteriores 20 años dedicada a RH, tuvo la misma respuesta. Primero levanto las cejas para después cuestionarme el hecho de “atreverme” a vincular dos eventos que “evidentemente” no tenían ninguna conexión entre sí.

 

Y aquí es donde el título de este artículo se vuelve relevante ¿podemos negar una incertidumbre emocional, cuando somos incapaces de distinguir la conexión emocional en los eventos de nuestra vida? Me parece que no, la congruencia emocional inicia por la consciencia emocional. 

Mientras las organizaciones y los individuos se nieguen sistemáticamente a aceptar el impacto real y verdadero de los estados emocionales de los individuos, en los colectivos, seguiremos cultivando situaciones impredecibles, tanto en los individuos, como en los colectivos. Quienes sigan pretendiendo ignorar, omitir o negar el impacto de los estados emocionales de un líder en su equipo, y viceversa, seguirán perpetuando ambientes emocionalmente tóxicos y complicados, con climas laborales estresantes y bajo rendimiento. Esto aplica para cualquier tipo de organización, desde la laboral, hasta la familiar, pasando por las sociales, políticas, religiosas o deportivas.

Conocer, identificar, entender y manejar las respuestas emocionales en la actualidad, es algo tan necesario e importante que se vuelve indispensable.

Así que, dime ¿te felicito por tu disposición a encontrar tu congruencia emocional, o por la incertidumbre emocional para enfrentar este 2025?

Será un gusto leerte! Comenta y comparte

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